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En el maldito infierno, con alas de fuego
y hedor a S, los demonios danzan su dolor
sin esperanza de volver
a la frescura del sitio blanco
con oro por luz y almas por frutas.
Mientras Gabrielus alardea con sus
impresionantes alas
sobre la faz de la tierra,
acaricia el cuerno que ha de soplar
para anunciar el día del juicio,
Mijaíl vence a Lucifer antes de
la batalla iniciar.
Y Asmodeo enamorado
a hecho enviudar a Sara siete veces
justo antes de consumar sus bodas,
mas Israfil el sanador,
lo ha encarcelado en la tierra del faraón,
y a devuelto la vista al octavo suegro.
Aunque el alfa y el omega
no define su fin, la tierra
baila alrededor del sol,
los arcángeles siguen su labor
y los infelices demonios,
nos roban la voz.
He de suplicar piedad a Yahvé
he de suplicar protección
a los siete seres que
aun siendo semejantes
a los humanos no lo son.
Y hemos de agonizar en
las paginas de la profecía
que todos los días parecen iniciar
mas el fin de los días cualquiera
es capaz de vislumbrar.
En el maldito infierno, con alas de fuego
y hedor a S, los demonios danzan su dolor
sin esperanza de volver
a la frescura del sitio blanco
con oro por luz y almas por frutas.
Mientras Gabrielus alardea con sus
impresionantes alas
sobre la faz de la tierra,
acaricia el cuerno que ha de soplar
para anunciar el día del juicio,
Mijaíl vence a Lucifer antes de
la batalla iniciar.
Y Asmodeo enamorado
a hecho enviudar a Sara siete veces
justo antes de consumar sus bodas,
mas Israfil el sanador,
lo ha encarcelado en la tierra del faraón,
y a devuelto la vista al octavo suegro.
Aunque el alfa y el omega
no define su fin, la tierra
baila alrededor del sol,
los arcángeles siguen su labor
y los infelices demonios,
nos roban la voz.
He de suplicar piedad a Yahvé
he de suplicar protección
a los siete seres que
aun siendo semejantes
a los humanos no lo son.
Y hemos de agonizar en
las paginas de la profecía
que todos los días parecen iniciar
mas el fin de los días cualquiera
es capaz de vislumbrar.