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diciembre 17, 2010

Rejas de mi sangre

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El dolor que llevo dentro
tiene tantas espinas
que al expresarlo
mis labios sangran,
mi lengua se torna liquida
y mi garganta enfervorece en rojo.

Confieso que muchas de mis
ventiladas iras suelen ser veneno.
Veneno al cual yo no consigo
ser inmune.

Hablo de mi dolor,
grito por mi dolor
me desvanezco en dolor
y no vislumbro la redención.

Mis argumentos de sufrimiento
no van con los estándares
de esmerada atención.
Si suplicase piedad
me esclavizaría aun mas.

Tengo en mis manos
la dulce respuesta
pero en la boca
la venda de la sorpresa.

Tras mis rejas,
rejas de mi sangre
confundida con el vino;
el vino tinto de mi sangre.